El vino. Esa bebida maravillosa que procede de la uva y que está tan rica, mmmm.
Para que sepais, según la wikipedia, las primeras producciones de vino se remontan al período que va del 6000 al 5000 a.C, casi ná. Estamos hablando de una bebida que tiene unos 8000 años y cuyo proceso de fabricación apenas ha variado.
Existen muchas regiones vinícolas en el mundo, aunque históricamente están geográficamente comprendidas entre las latitudes 50 grados norte y 30 grados norte sobre la línea ecuatorial y 30 grados norte y 50 grados norte por debajo de la línea ecuatorial. ...Sigue leyendo... Una de esas zonas (la mejor ;-) ) es .... ¡¡¡ESPAÑA!!! (obviamente). Y dentro de España, aunque hay muchas zonas productoras de uva y vino, tenemos la zona del sureste, incluyendo Jumilla, Yecla y Pinoso donde se produce uva de la variedad monastrell, pero que, debido al terreno y al clima particular de la zona, posee unas propiedades que no se encuentran en ningún otro lugar. Ello da lugar a vinos con unas características organolépticas muy especiales (y sabrosas).
Racimo de uva monastrell
Hace un par de semanas tuve el placer de visitar una de las bodegas más importantes de Jumilla (Murcia), Bodegas San Isidro, donde nos enseñaron y explicaron detalladamente todo el proceso de fabricación de esta bebida.
La bodega se fundó en 1934 como sindicato agrícola y fue creciendo poco a poco hasta convertirse en la actual sociedad cooperativa y trasladar sus instalaciones desde el centro del pueblo a su ubicación actual a la entrada del mismo.
Cuando llegas a la bodega, lo primero que se ve es un gran edificio (la bodega) y un pequeño campo que se utiliza para experimentar con diferentes variedades de uva.
El edificio y el campo experimental
En la época de la cosecha, cuyo dia más importante es el 12 de Octubre, los agricultores de la cooperativa llevan su uva a la bodega, donde es pesada y comprobada con equipos electrónicos de análisis para seleccionar la uva según su calidad y destinarla a la fabricación de un tipo de vino u otro.
Decir que para vinos selectos (si, si, los caros) la uva es recogida en cajas o cestos pequeños, en vez de en remolques grandes, para evitar que se aplaste y comience a fermentarse en el camino a la bodega.
Tras ello, se procede a la introducción de la uva en la bodega, para comenzar la producción, a través de un tornillo sin fin que dirige los racimos a las despalilladoras.
Vista del tornillo sin fin
Las despalilladoras se encargan de separar la uva de la parte leñosa del racimo, para que ésta no le pase sabores herbáceos al mosto. Esta parte leñosa no se desecha sino que se vende como alimento para ganado.
Tras ello, la uva pasa a una máquina estrujadora que la abre para que libere más fácilmente su jugo (mosto) y de ahí se lleva a unos enormes depósitos donde empieza su maceración.
Depósitos de macerado
Esta primera fermentación se produce gracias a las propias levaduras que contienen los granos de uva. ¿Habéis visto esa capa blanquecina de la uva tinta (ver foto del principio)? pues eso es la levadura.
Este proceso se produce bajo condiciones de temperatura y atmósfera controlada y haciendo recircular el mosto de abajo a arriba y con trasiegos entre depósitos. Si os fijáis en los depósitos de la foto, tienen como unos anillos que son por donde pasa agua fría para controlar la temperatura.
Por si no lo sabéis, la pulpa de la uva tinta, de donde sale el mosto, es blanca. Entonces ¿de dónde proviene el color del vino? Pues bien, según el tiempo que el mosto esté en contacto con la piel y hollejos en esta primera fase de fermentación obtendremos vino blanco, rosado o tinto.
Tras ello se extrae el mosto donde pasa a unos depósitos de hormigón que se encuentran en el interior de la bodega, para proceder a la segunda fermentación y refinamiento del vino. Los restos de piel de la uva no se tira sino que normalmente se prensan para obtener vino de mesa. Además, los restos de este prensado tampoco se tiran sino que se venden a la industria farmacéutica para la producción de cosméticos.
Interior de la bodega (izqda) y depósitos de hormigón (drcha)
Después de esta segunda fermentación ya tenemos el vino propiamente dicho que, o bien se embotella (vino joven) o se traspasa a barricas de roble para obtener vinos de crianza o reservas.
Zona de crianza
La zona de crianza es la típica bodega que todos hemos visto en películas y series de televisión, una sala grande, donde hace frío, toda llena de barriles de madera en los que se produce la crianza.
En esta primera sala es donde producen los vinos de crianza y reserva "normales", lo cual no quiere decir que sean malos. Para ver dónde se produce la "creme de la creme" tenemos que ir a la zona VIP, que es la "SALA GEMINA".
Se trata de una sala donde no todo el mundo puede entrar (yo sí ;-) )y que se encuentra totalmente acondicionada en temperatura y humedad. Dentro hay unos cuantos barriles de roble francés y americano (según el vino que se desee) que aportan un olor al ambiente espectacular.
Sala Gémina
En esta sala es donde se producen los afamados Gémina, entre los cuales está el espectacular Gémina Cuvee. En el momento de visitar la bodega estaban criando un vino de autor de tirada limitada a 1000 botellas, que saldrá próximamente al mercado y que espero probar en cuanto lo haga.
Reposando en la botella
Según el tiempo de envejecimiento de los vinos en barrica y en botella, los vinos tintos se clasifican como sigue:
- Joven o de año: no ha pasado ningún tiempo en barrica o no el suficiente para ser considerado crianza.
- Crianza: ha pasado entre seis y doce meses en barrica (según lo marcado por las diversas denominaciones de origen), permaneciendo reposando en botella hasta el tercer año tras su elaboración, antes de poder ser comercializado.
- Reserva: como mínimo un año en barrica y reposo en botella hasta transcurrido el cuarto año desde su elaboración.
- Gran reserva: al menos dos años en barrica y tres en botella, pudiéndose comercializar tras el sexto año. A esta etapa solo llegan las cosechas excepcionales.
Con esta fase finaliza la visita a la bodega y se pasa a, quizá, la mejor parte de todas: ¡EL PAPEO!.
La verdad es que nuestra anfitriona y guía se portó exquisitamente con nosotros y nos ofreció dos de los mejores vinos de la bodega para el maridaje: Gémica Cuvee medalla de plata y un Sabatacha Petit Verdot. Ni que decir tiene que tanto los vinos como el jamón y el queso estaban exquisitos.
Lástima que no se podían abrir
Supongo que me dejo muchas cosas en el tintero, pero por ello os animo a que si podéis, hagáis una visita guiada a la bodega y descubráis por vosotros mismos el maravilloso mundo del vino.
Podeis informaros y reservar en la página de la bodega:
www.bsi.es
Espero que os haya gustado. No se os olvide comentar.